The ragged jeans

The ragged jeans
Cuenta mi madre que desde que tuve uso de razón me gustó vestir «bien» y estar siempre presentable. A toda mi familia siempre le pareció bien, salvo por la perfección que exigo respecto a los zapatos*. Con el tiempo, y en particular en la adolescencia, mis estándares en cuanto a la ropa fueron relajándose. Es un tanto irónico pues a un niño pequeño no solo se le perdona vestir cualquier cosa sino que no se espera que tenga buena presentación, además de que se dice que es en la adolescencia cuando uno se vuelve más vanidoso y cuidadoso con la imagen que proyecta, cosa que pude comprobar en su momento con varios amigos míos.

A pesar de eso, nunca toleré los pantalones desgarrados, que creo se pusieron de moda a finales de los ’80 pero que no puedo confirmarlo a falta de un artículo en Wikipedia. Me parecieron siempre una abominación, un descuido terrible y, en los peores casos, una falta de respeto para los demás. En un principio creo que los empezaron a usar los rockeros y los jóvenes los adoptaron como «fashion statement», una especie de movimiento antimoda que como todo lo alternativo, terminó poniéndose de moda. Esa especie de moda permanente rara, reservada solamente para los éxitos inmortales como la chamarra de cuero y la camiseta blanca de cuello redondo que sí, adivinaron, combinan a la perfección con unos pantalones desgarrados.

La ropa en mal estado me parece, desde siempre, la mayor informalidad. Incluso llegué a discutir alguna vez con mi familia: ellos dicen que es peor la ropa sucia, aunque no tenga ni un agujerito. Hace unos dos años compré unos Levis con descuento que se convirtieron en mis pantalones favoritos, a todos lados iba yo con ellos. Pero tuve que dejar de usarlos porque se desgarraron, empezando por el bolsillo trasero donde acostumbro cargar la billetera. Al principio decidí ignorarlo y no estuvo nada mal, hasta que la billetera se salía del bolsillo. Coincidió con que el desgaste en ciertas costuras se volvió demasiado evidente y dejé de usarlo, lamentando siempre la pérdida.

En algún momento mientras estuve estudiando la carrera se pusieron de moda los pantalones amarillecidos y desgarrados de fábrica, cosa a la que nunca le encontré ningún sentido porque el desgaste y las rasgaduras se van haciendo más grandes con cada lavada. Mala inversión. También, por motivos que desconozco, se hizo socialmente aceptable usar los pantalones más largos de lo debido, desgarrados y enlodados de abajo por la suela del zapato. Esto sí lo puedo atribuir sin dudarlo a la época de la secundaria cuando se pusieron de moda los pantalones Mossimo y volvio a ser cool de nuevo – dicen que estuvo de moda décadas atrás – remangarse el pantalón, en este caso para mostrar el listón negro, sello de garantía de la marca. La historia de cómo nos invadieron los pantalones Mossimo de fayuca y al final usarlos de esa manera quedó relegado a cholos wannabe y albañiles es otra historia. Lo que quisiera señalar es que eso de traer arrastrando a todas las ratas de la colonia se debe a que ciertas marcas extranjeras exportan sus productos a nuestro país, o mejor dicho, importamos nosotros sus productos y adoptamos sus modas, sin miramientos ni consideraciones y no son adaptados a nuestra gente, que suele ser más bajita. Hecho que quedó confirmado cuando quise comprar unos pantalones de estos en reconocida y cara tienda pero no lo hice porque la señorita me aclaró que «de esta marca todos los modelos vienen igual de largos».

Después vinieron los fresas, bueno quizá siempre estuvieron ahí pero hasta que fui prep/universitario me tocó conocerlos. Adoptaron las modas de Tomy, Nautica y Chaps, horripilantes chamarras anaranjadas que más bien parecían chalecos salvavidas, playeras tipo polo que usa la gente «bien», cuellos blancos, camisetas rosas para presumir la hombría… y los jeans desgarrados. Ahora creo lo bonito es usar esa marca del cocodrilo o Abercrombie, la marca de la ropa casualmente desgastada. Pero como que ya está bajando su popularidad. El caso es que los pantalones desgarrados se han extendido mucho, a todas las clases sociales.

Era divertido cuando estando en clase un compañero le decía a la chica fresa «oye, tienes un hoyo en el pantalón». Es similar a lo que comentaba un arquitecto en pleno resurgimiento del adobe, que para los pobres es vergüenza pero para los ricos es presunción. Lo que sí me parece interesante de este tipo de modas es que resaltan algo muy curioso: los hombres no tienen muchas formas de manifestarse por medio de la ropa (ignorando tendencias emo, punk y demás), tradicionalmente la mujer lo ha hecho con la minifalda, las medias, los mallones – piensen Timbiriche, brrr -, los escotes. Lo hace en ocasiones de gala con el escote en la espalda. Los hombres tienen márgenes mucho más estrictos, solo les queda el pantalón. El pantalón desgarrado es la única alternativa que tenemos, la otra es saggear (¿existe esa palabra?) y aún no es del todo bien vista pero ya hasta a los fresas se les asoma el boxer Calvin Klein, abominación inimaginable en mis tiempos. Los pantalones ombligueros y/o ajustados no son una alternativa que se ajuste a los parámetros del «hombre masculino» – noten que estoy evitando toda mención de la metrosexualidad -. Y volvemos al principio, el desgarrón empezó como una forma de protesta, de antimoda. Antes no había podido verlo así y me resultaba incomprensible. Ahora ha perdido su mensaje, su objetivo pero sigue siendo sinónimo de informalidad.

Regresemos el reloj a hace un año, cuando tenía un par de meses de haber entrado a trabajar. Originalmente yo me presentaba muy formal de camisa y toda la cosa para impresionar a quien se dejara. Con el tiempo resultó poco práctico. Dicen que jeans y playera es el uniforme de la juventud pero también lo es un poco del ingeniero. Yo nunca he tenido mucha ropa así que tuve que ir a comprar algo que ponerme. Compré dos pantalones, mismo modelo pero diferente color y por falta de disponibilidad, uno de una talla mayor al otro. Uno de ellos pasó a ser mi pantalón favorito de toda la vida, ahora si en serio. Es el de la foto. Con tristeza lo he visto decaer cada vez que me lo pongo, cada vez que sale de la lavadora. Tiene un no sé que, ese ajuste perfecto, esa comodidad. Por primera vez acepté los pantalones desgarrados y por motivos puramente utilitarios, están todavía aceptables por todos lados. Me encantan.

Ahora, cada vez que me los pongo, me pregunto ¿cuánto durarán?

*Como nota curiosa, la foto de ese post es un desastre de balance de blancos y sigue siendo, a más de un año, la fotografía que más difícil me ha resultado editar a mi gusto en ese aspecto (y en términos generales la dificultad solo ha sido superada por las panorámicas de Marcelino que resultaron totalmente inútiles). Se debe a la combinación de luz fluorescente, incandescente y flash.

8 comentarios en “The ragged jeans

  1. Pues yo también he estado luchando en contra de la moda constantemente. Nunca me gustaron los jeans desgarrados y descoloridos, y ahora sufro sufro sufro porque voy a comprar blusas y todas parecen carpas de circo, y los pantalones han sido reemplazados por las asquerosas mallitas ochenteras.
    Realmente sufro y creo que voy a postear sobre ello.

  2. Lo peor es .. cuando tu te viste igual que hace diez años (digamos el 90% de mi ropa)… y resulta que en todo ese tiempo… Has sido cholo, rockero, punk, emo, etc… es lo bueno de las modas… van y vienen… entonces simplemente hay que ignorarlas y como tu dices, vestir a como uno le es comodo…

  3. Orale… neta que me conmovio tu historia.. la neta… esta chido como ves algo que esta de moda..

    Y dentro de que a mi me gusta vestir a la moda.. y como la moda ahorita ya es muy de mariquitas… ya sabras… xD..

    Los pantalones rotos no son mi fuerte, lo son los que parecen desteñidos, deslavados, como que les cayó cloro.. esos son los que me gustan…

    Por cierto que talla eres :P?

  4. @Agridulce me imagino que las mujeres no conformistas son las que sufren mas con la moda.

    @Prozak sabes que tanta «tribu urbana» indica como que una busqueda de identida muy fuerte de tu parte? btw recuerdo tus pantalones desgarrados que revelaban mas de lo debido

    @Yuumei 32, pero me resulta frikeante tu pregunta, que tramaras??? :p

  5. Uy. Mis pantalones los vengo usando desde la prepa, y como desde un año para acá ya se comenzaron a deshilachar y unos ya tienen huecos.

    Me parece desagradable hacerle huecos a la ropa nada más para «verse bien», pero considerando que esos huecos no los hice deliberadamente, ni para andar a la moda, ando tranquilo. Puras tonteras de uno.

  6. Si no puedes contra ella, únete 😛

    A mi en lo personal me encanta la moda electro que hay ahora, siempre fui fan de nunca combinar la ropa, usar cosas y accesorios que ni al caso y usar colores fosfo que nadie usaria. Ahora que es la moda ya siquiera no soy el bicho raro que todos miran 😛

    En fin…

    Sayonara XD

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