Los que visitamos la ciudad de Monterrey hace unos años no pudimos evitar notar algo que no habíamos visto antes y que llamaba la atención por su simplicidad: pequeños versos escritos en paredes en las principales avenidas, firmadas «Acción poética«.

De todos los versos hubo uno que me gustó particularmente y en él me inspiro ahora para abrir un pequeño colectivo. Adelante, las puertas están abiertas.

Slenderlandia

No sé me ocurre otra manera de empezar a hablar del tema que reconocer que no sé ni por dónde hacerlo, pero ahí voy. De entre las joyitas que me ha dado el internet como la página de espeleología de Ted, en cuestión de relatos «de miedo», el año pasado estuvo marcado para mí por algo muy particular: mi primer contacto con «Marble Hornets».

A continuación debería ir aquí un párrafo a manera de introducción, usando términos como «falsa mitología», «juego de realidad alterna» y «tulpa» pero creo que es de esas cosas de las que conviene saber lo menos posible. «Marble Hornets» es un proyecto que se ha construido a través de una cuenta de youtube y una de twitter que encontrarán sin mucha dificultad. Me ha sorprendido mucho por su efectividad, a pesar de que usa recursos viejos y de sobra conocidos. Incluso me ha hecho recuperar mi fe en que un puñado de personas, con dedicación, pueden lograr algo muy interesante.

Hay que mencionar que no se trata ni de lejos del único proyecto de este tipo. No es el más fácil de digerir ni el más carismático, pero me parece el más efectivo. Otros títulos similares que encontrarán por ahí son «Tribe Twelve» y «Everyman Hybrid» que quizá completen el trío de los proyectos más famosos.

Por el momento se han completado las primeras dos temporadas de «Marble Hornets» y estamos a la espera de la tercera y última.

Ted y el misterio de la cueva

Hace unos años (¿de verdad ha pasado una década?), o más bien dicho, hace unas cuantas eras geológicas en el internet, surgió por ahí una pequeña y enigmática página en la que Ted nos iba contando sus aventuras al explorar una caverna. En aquel entonces el relato me pareció muy interesante y había jugado con la idea de traducirlo al español. No pasó de un proyecto inconcluso y no había vuelto a pensar en el tema hasta hace poco que, volviendo a investigar cosas relacionadas, fui a dar de nuevo con la página de Ted y descubrí que en esos años se ha convertido en algo muy conocido y estimado por la comunidad a la que le gustan este tipo de textos.

Me dio gusto ver que la historia no ha perdido su encanto y que, de hecho, con el paso del tiempo ahora soy capaz de apreciar varios detalles que antes me pasaban desapercibidos. Y además me encontré con que ya se había aclarado el misterio de ese «otro» relato sospechosamente similar que ha estado dando vueltas por ahi (y del que solo puedo decir que les recomiendo no perder su tiempo con el).

El adiós a Zooomr

¿Se acuerdan de Zooomr, aquel viejo servicio que empezó como un clon de Flickr? Que ofrecía cosas maravillosas como almacenamiento de fotos sin límites de ningún tipo y esas cosas… demasiado bueno para ser verdad. Y pues sí, parece que efectivamente así fue pues Zooomr ha alcanzado el fin del camino.

Este final no ha sido súbito, los usuarios llevamos años esperando nuevas características y mejoras, soportando temporadas de calidad variable en el servicio y hasta la ocasional pérdida irremediable de datos. Hace unos meses que todo parece haberse detenido, ninguna actualización o comunicado oficial (incluso desapareció el blog del sitio), nada de soporte técnico. ¿Que pasó? se acabó el financiamiento, parece ser, y la respuesta oficial es que no hay respuesta: el servicio seguirá en línea indefinidamente hasta que dejen de pagarse los gastos del data center. Desarrollo y soporte del sitio han cesado. ¿Las fotos perdidas? Seguramente existen en algún respaldo, pero no se volverán a cargar.

Y ni modo, aunque yo no he perdido ninguna imagen ni nada de valor, es posible que en post pasados de este blog el contenido de Zooomr  no se muestre porque ya no está online. He pensado si volverlo a subir a uno de tantos servicios alternativos que existen, o incluso a mi Flickr que ya llevo años usando con regularidad. Pero he decidio no hacerlo así que, al menos de momento, Zooomr dejará literalmente un espacio vacío en mi mundo.

Solo puedo comparar esto al triste caso de Spymac.

Fotos en Facebook

«Disculpame si te molesta mi comentario pero te agradecere que no me etiquetes en fotos en las que no aparezco. La verdad lo encuentro muy rudo y poco educado de tu parte. Ojala recapacites y me ayudes a terminar de una vez por todas con esta abominable practica. Si quieres llamar mi atencion hay mil y un maneras mas directas y civilizadas de hacerlo. Ojala recapacites y me ayudes a terminar de una vez por todas con esta abominable practica.»

Martí

Pues no soy muy fan de los deportes, no es que tenga nada en contra de ellos sino que, a pesar de haber crecido y sido educado en una familia futbolera y escuelas con larga tradicion deportiva, ocupé mi tiempo en otras cosas (no recuerdo muy bien cuales) y realmente no sé mucho al respecto.

Si acaso me gusta el calzado y la ropa deportivos por sus colores y diseños llamativos comodidad. Tampoco es que yo apoye mucho el nacionalismo y esas cosas (aunque tampoco estoy en contra ni lo considero retrógrado, como ciertas personas). Por eso es que me resulta prácticamente indiferente si las empresas de éxito son nacionales o extranjeras o qué sé yo. Aunque lo acepto, a veces veo los recursos que hay en el país y no puedo dejar de preguntarme «!¿pero qué hace la gente con eso?!».

El caso es que hace no mucho, rondando por un foro de proyectos arquitectónicos de la ciudad, me topé con un comentario que, respondiendo a la cuestión de si se abriría una tienda Martí en un conocido centro comercial local, menospreciaba a dicha empresa y se mofaba de que la gente tuviera esperanzas de contar con un establecimiento de esos en sus tierras. Yo sé que no es una tienda Prada o un local de Tiffany, donde se pueden adquirir algunos de los productos de moda más exclusivos del planeta. Y me acordé de que he ido a las tiendas Martí en otras ciudad y, si bien no es una tienda que se caracterice por ofrecer el tipo de cosas que me gustan, creo que no hay nada malo en esa empresa. Los precios están «bien» para los artículos que manejan, tienen surtido, me han atendido bien… y el fundador es un señor mexicano que sigue a la cabeza del negocio, se ha sabido diversificar y se ha forrado de billetes en el proceso. También es un padre de familia que perdió un hijo en cuestiones de extorsiones y secuestros y que ha derramado unas de las poquísimas lágrimas sinceras que he visto en una conferencia de prensa.

Pero estábamos hablando de *el caso* y el caso es que en ese foro, ese comentario socarrón si me molestó. En el momento no supe explicarlo, pero ya pensándolo con más calma la cuestión es muy sencilla: Martí es una empresa mexicana que ha sabido ser exitosa y punto. Por más que le pongan peros, yo no veo nada de malo en eso, al contrario. No es que yo sea nacionalista ni nada, sencillamente se han manejado con astucia y han sabido abarcar un buen segmento del nicho de mercado que les corresponde. Y no han buscado ser *exclusivos* como otras tantas marcas que terminan vendiendo más una idea que un producto o servicio, por el que pagas y que al final del día no sirve para nada.

Así que Don Martí, ud. sabe que me cae bien. Aunque yo compre mis tenis en otro lado…