¡Algo horrible le pasó a Robotina!

De un tiempo para acá, mi antigua computadora (a la que ya le había fallado cambiado la tarjeta madre en más de una ocasión) tenía un tic nervioso en el que le temblaba la pantalla. Algo de las bisagras o de la tapa, que hacía que al mover la pantalla por ejemplo al abrirla y ponerla en posición cómoda, no quedara exactamente donde uno la había dejado. No le dí importancia porque es un equipo con muchos años de vida y altísimo kilometraje. Hace unas semanas, al abrirla, se rompió la tapa. Cabe mencionar que es una tapa de una sola pieza de metal, metal «vaciado» en un molde, no laminado a la forma final. En el pasado ya he tenido un par de máquinas con tapa de metal laminado y, aunque tienen sus propias idiosincrasias, creo que es la mejor opción.

Este pequeño incidente me hizo ponerme a pensar que mi máquina realmente ya esta muy vieja, ya va para diez años y, aunque milagrosamente sigue cubriendo mis necesidades al 90%, era momento de enfrentarse a la decisión de reemplazarla. Pero esto conlleva una decisión secundaria: ¿deshacerse de esta máquina que bien que mal me ha servido fielmente por años? Realmente funciona todavía muy bien, así que me di a la tarea de conseguir la refacción. Hay que señalar que en mi computadora, la tapa es la que da soporte a la pantalla, hay otros diseños que cuentan con un esqueleto interno en el que este desperfecto sería puramente estético.

Algo horrible le paso a robotina

Afortunadamente se trata de un modelo muy común del que se fabricaron millones, así que aunque está vieja, no es tan difícil encontrar las piezas. Busqué en mercadolibre y me dio risa porque los precios son muy elevados. Fui a la plaza de la memoria usb y el celular computación local y en el primer local donde vi que tenían amontonadero de máquinas viejas pregunté si tendrían esta pieza. Me dijeron enfáticamente que sí, que a $150 pero que tenían que traerla de bodega. Como ya era noche me pidieron que pasara al día siguiente. Acepté inmediatamente porque era menos de la tercera parte del precio que vi en internet. Seguí mi camino.

El segundo local donde pregunté fue uno de tamaño grande para los estándares de esa plaza que es conocido como «el cubano» y que atiende un joven que parece ser… cubano. Le pregunté por la pieza y le di el modelo de mi laptop, que es tan conocido que sinceramente considero que cualquier persona que de soporte técnico debe conocer, a pesar de lo viejo. Yo, debido a mi paranoia y desconfianza crónica, llevaba mi preciada máquina disfrazada en la caja de una base de ventiladores para laptop y no se la mostré. Se quedó pensando, habló por teléfono. Yo vi por ahí en el rincón el perfil de una máquina idéntica y se lo señalé. La levantó y resultó ser un modelo muy similar pero más escazo que es idéntico en todo sentido salvo que tiene pantalla ancha. Es decir, todos los componentes internos son iguales, salvo la carcasa, que es lo que yo estaba buscando. Me sacó una sonrisa porque siempre quise una de esas máquinas de pantalla ancha pero nunca la conseguí a precio razonable. Me quedé esperando a que me dijera si la tenía o no en lo que «el cubano» atendía otra llamada. Luego se quedó mirando a lontananza, sin tocar la computadora que tenía enfrente y que claramente estaba a la mitad de una cirugía a corazón abierto. Me lo habían recomendado tanto que le pregunté qué onda. Entonces me dijo «te dije desde hace dos horas que me enseñaras la laptop, ¿así como voy a saber?» Que es en apariencia comprensible pero son palabras que nunca nadie debería decir a sus clientes. Debí entrar a su local, decirle «¡¿así le hablas a todos tus clientes?!» y darle una cachetada con mi guante blanco retándolo a un duelo a muerte, pero tenía curiosidad por saber el precio que diría así que abrí mi caja de base de ventiladores para laptop y se la mostré. $250 dijo y le di las gracias y me fui, riendo.

De casualidad vi un local pequeñito atendido por tres tipos que apenas cabían dentro, con un montón de máquinas viejas destazadas en el mostrador. Pregunté y me mostraron el modelo anterior, vieron que no era y me mostraron el correcto. $120 dijeron e inmediatamente compré la pieza. Solo la pieza porque yo traía la laptop incompleta y no me la podían instalar sin la bisagra. Aquí tengo que platicarles que las bisagras de laptop son un componente de lo más sencillo pero que alcanza precios exorbitantes en el mercado de segunda mano. Me imagino que a mucha gente se le descomponen. Lo más feo es cuando en el modelo de tu máquina las bisagras de un lado no son iguales a las del otro, y terminas teniendo que cazar una pieza más específica que ni el procesador. Mi laptop es de las que tienen una bisagra igual en cada lado.

Algo horrible le paso a robotina

Llegué a casa, me puse a instalar la tapa… y descubrí que una bisagra está rota y que ese bamboleo de la pantalla no se va a quitar. Ahora tengo que volver a comprarla.

Algo horrible le paso a robotina

Un par de MR-16 se suben a un auto compacto…

Desde que adquirí mi auto hubo un aspecto con el que no me sentía cómodo: las luces, me parecieron siempre insuficientes y un poquito anémicas. Yo no soy muy fan de modificar los automóviles, sobre todo en cuanto a modificaciones que no sean reversibles, así que me quedaban pocas opciones: cambiar los focos o instalar luces adicionales. La primera es sin duda la más sencilla pero luego de informarme y de experimentar un poco con algunos productos, me di cuenta de que esto no haría una gran diferencia, a menos de que eligiera el tortuoso camino de las luces HID. Ahora bien, siempre he tenido gran interés en todo lo que tiene que ver con iluminación y más o menos sé los pros y contras de ese tipo de luces. Sí, proporcionan la luz más brillante pero al usarse en faros que no han sido adecuadamente diseñados, termina uno deslumbrando horriblemente a peatones y automovilistas. El cada vez más bajo costo y la amplia disponibilidad de las luces HID las ha vuelto muy accesibles pero no me pareció el camino más provechoso.

MR-16

Así que opté por la segunda opción, la de instalar faros adicionales. Aunque requería ciertas modificaciones, estas eran pequeñas y reversibles (o mínimo se podían maquillar con facilidad) así que estuve un tiempo analizando las diferentes opciones y me topé con que este tipo de luces no son nada caras y están disponibles en una enorme gama de tamaños, formas y colores, tan grande como se pueda uno imaginar. Vi varios autos del mismo tipo que el mío a los que ya se les habían realizado modificaciones similares y me di cuenta que lo que me parecía más atractivo era algo pequeño y discreto, no solo por lo estético sino porque unos faros grandes generalmente quedan muy expuestos y acaban desacomodados, golpeados o rotos. Me imagino que también tendrá algo que ver que quedan muy a la mano de los malosos.

MR-16

Así que cuando el año pasado por un «golpe» de suerte tocó mandar mi auto a una hojalateada con los gastos pagados, aproveché para hacerle un pedido especial al hojalatero: dos agujeros redondos de poco más de dos pulgadas en la defensa delantera, por favor. Decidí que ahí se instalarían un par de MR-16.

Para empezar ¿qué es un MR-16? Se trata de un reflector que se diseñó originalmente para ser usado en proyectores de acetatos, consiste en una pequeña bombilla halógena con un reflector de cristal incorporado. Este reflector puede venir sellado con una tapa transparente, ofreciendo una segunda capa de seguridad a la bombilla, o abierta. El 16 se refiere a la circunferencia del reflector en octavos de pulgada, es decir que este producto mide dos pulgadas. Normalmente se les llama «dicróicos» aunque no estoy muy seguro de que tanto usen ese efecto en la vida real estos pequeños reflectores. Con el paso del tiempo y gracias a su reducido tamaño, bajo costo y larga vida, los MR-16 han sido usados en cada vez más aplicaciones y ahora se les encuentra en todos lados, desde aparadores en tiendas hasta iluminación doméstica.

Entre ventajas del MR-16 se encuentra el hecho de que opera a 12 voltios (el mismo voltaje que usa el automóvil) y prácticamente todo fabricante de productos de iluminación lo produce y se consigue en casi cualquier lugar desde $8 (de marca conocida, hay genéricos con los que no me animé), y que al estar hecho completamente de cristal no es propenso a opacarse o volverse amarillento como sucede con los faros de plástico y policarbonato. Otra ventaja es que actualmente existe la posibilidad de reemplazarlo con luces LED, fluorescentes e incluso existen MR-16 HID (difíciles de conseguir, por cierto). También se ofrecen estos focos con varias graduaciones respecto a su haz de luz, de haces amplios a haces estrechos con los que en teoría se iluminaría mejor a mayor distanciaa.

En cuanto a las desventajas pues el panorama no es siempre tan brillante, hay que considerar que estos focos se caracterizan por las altísimas temperaturas de operación, llegando a los cientos de grados centígrados por lo que deben instalarse lejos de superficies plásticas y con los sockets cerámicos y cableado incomustible adecuados, además de contar siempre con buena ventilación. No por nada un MR-16 era la magia detrás del horno de juguete «Easy Bake», también conocido como «Microhornito». Otra desventaja es que realmente no han sido diseñados para ser usados en vehículos y muy seguramente el estar expuestos a vibraciones y movimientos acorta su vida útil, además de que el cristal caliente se estrella si entra en contacto con el agua, por lo que sería lo más aconsejable no usarlos en condiciones de lluvia. Finalmente está el problema del haz de luz en sí, que invariablemente es mucho más amplio que el de los faros que trae el auto por defecto, haciéndo al MR-16 útil únicamente a cortas distancias. Otra cuestión a considerar es el consumo, que es de 50 watts por unidad; lo mismo que los faros estándar del auto.

A casi un año de haber instalado estas luces puedo decir que no ha sido un error y si hacen una diferencia al conducir de noche, sobre todo amplían el área iluminada a los costados del vehículo, permitiendo identificar peatones, perros y obstáculos con mayor facilidad. Como el MR-16 no es un faro que este apuntando «hacia abajo» (los faros de un auto apuntan aproximadamente a 1-1.20 metros de altura y de ahí hacia abajo) también ayudan a iluminar los señalamientos viales reflejantes y los autos cercanos; el lado negativo de esto es que, aunque no ilumien «tanto» sí deslumbran fácilmente a los peatones. Por la posición tan baja en que yo los instalé este no parece ser un problema serio con los automovilistas. Una cosa que no me esperaba es que al estar el material reflejante en la parte exterior del reflector de cristal (bueno, eso depende de la marca), es fácil que se raye/descarapele por efecto de tallones que pueda tener y por el agua. Hay que tenerlos bien fijos y lejos de filtraciones. Afortunadamente por su costo tan reducido no es un inconveniente cambiar los focos una o varias veces al año.

Para terminar pues sí me siento más cómodo y seguro utilizando estas luces, sobre todo cuando hay que pasar por caminos en que el alumbrado público es pobre o inexistente. Me supongo que también hay que considerar el aspecto estético y puedo comentar que no me resulta desagradable pues, dado que están instalados en la defensa delantera, no rompen feamente la línea del auto y son discretos de día. Por la noche se pueden encender en combinación con los cuartos del auto, haciendo las veces de faros de niebla y, dado que proporcionan una luz brillante y cálida, en combinación con el reflector con facetas (es decir con multiples caras planas en lugar de un reflector parabólico) y que tiene ciertos reflejos de color verde/azul/rosado en ciertos ángulos, el efecto es llamativo y singular, sin llegar a ser «estridente» como las luces de neón o las series de pequeños LEDs que tan de moda están.

MR-16 instalado en la defensa

Por lo tanto puedo decir que recomiendo moderadamente esta modificación pues los beneficios son notorios y el costo total es bajísimo. Solamente hay que tener cuidado con la instalación, hay que usar buen cable y un relevador de calidad y buena capacidad. Yo mandé hacer la instalación en un local que se dedica a estéreos y luces y no quedé satisfecho con ella pues el relevador que me pusieron no se daba abasto y el cableado que usaron terminó calcinándose. Tuve que volver a hacerlo todo yo mismo utilizando cableado para exteriores de uso rudo y un relevador más adecuado. Como de relevadores no sé mucho me convino contar con la ayuda de un amigo que medio le hace al «tunning». Otra recomendación es no esperar que este tipo de luces les cambie la vida, realmente se trata de un cambio pequeño, aunque notorio. Como yo estoy muy familiarizado con estos productos de iluminación no tenía expectativas exageradas y quedé satisfecho.

También acuérdense que existe un foco muy similar pero de menor diámetro, el MR-11 que como su nombre lo indica tiene una circunferencia de once octavos de pulgada, es decir aprox. 3.5 cm y que ofrece la misma luminosidad y consumo en un paquete más discreto, aunque por el tamaño del reflector puede que el resultado sea distinto. Quizá me hubiera convenido empezar por ahí y, de no quedar satisfecho, ampliar el espacio para instalar el MR-16. En el futuro me gustaría usar una fuente de luz más eficiente pero no he encontrado un repuesto LED de este tipo del que me convenza su luminosidad.

The Second Renaissance

Pues mi computadora estaba dando señas de estar nuevamente en las últimas. No llegó al año de que conseguí una nueva tarjeta madre después de que un buen día se apagó sin más. Tengo la impresión de que algún componente hizo corto circuito o algo así. Cuando murió no se anunció ni se sintió que se sobrecalentara fuera de lo normal. Simplemente se apagó el cargador y al mismo tiempo la computadora. Lo cual fue bastante inesperado porque en ese momento y la mayor parte del tiempo estaba conectada a un buen regulador.

El cargador lo probé inmediatamente en otra computadora y no encendió ni nada,  pero varios días después volvió a la vida por su propia voluntad. Supongo que se activó alguna especie de seguro contra corto circuito o calentamiento y necesitaba enfriarse. La computadora no reaccionó hasta que se le cambiaron las entrañas. El procesador «más rápido» casi no se sintió pero si noté de inmediato que la máquina se calentaba un poquito más. Traté de no preocuparme, después de todo era pleno verano y no había fallas de ningún tipo.

Ventilador viejo de mi laptop

Pero este año comenzó a fallar constantemente, se sobrecalentaba y se apagaba al abrir más de un programa o alguno muy pesado. Incluso batallaba para abrir unidades con estructuras de carpetas medianamente grandes y complejas. Me acostumbré a los apagones a un ritmo de una o dos veces al día y dejé de hacer muchas cosas. Pero se fue haciendo cada vez más grande el problema hasta el punto que la máquina estaba insoportablemente caliente al tacto y se apagaba al abrir animaciones o videos en flash.

El ventilador hacía un sonido ligeramente irregular de vez en cuando pero por lo demás parecía funcionar bien. De todos modos era tiempo de checarlo y dar una limpieza. Efectivamente había una considerable presencia de polvo y pelusa en el disipador pero me pareció algo extraño porque se había acumulado de una manera que no había visto nunca. Sospecho que el ventilador no estaba bien instalado del todo aunque a primera vista pareciera que sí. Entonces recordé que por ahí tenía un ventilador de una vieja máquina de dimensiones similares que alguna vez había usado para arreglar una computadora todavía más vieja. A esa antiquísima máquina el ventilador no le entraba fácilmente en el espacio disponible así que hubo que hacer algunas *modificaciones*. La conexión eléctrica era compatible en voltaje y en conector, pero no en la función de los pines, de modo que hubo que puentearlo. Debido a ese puenteo el ventilador perdió la capacidad de regular la velocidad en esa máquina y siempre, desde el arranque, estaba trabajando al cien por ciento de su poder.

Ventaja: enfriaba hasta de más. Desventaja: ruido y vida más corta. Después la máquina antiguísima decidió que era tiempo de retirarse y dejó de trabajar por un problema muy raro del BIOS que no permite formatearla. Por lo demás la máquina funciona perfecto… si de alguna manera alguien consigue instalarle el sistema operativo.

Así que fui y extraje el ventilador de aquella vieja jubilada y, para mi sorpresa, se ajustaba muy bien en la cavidad de mi última máquina. El puenteo seguía haciéndolo trabajar a todo lo que da y decidí probar removiéndolo. En cuanto a la *modificación* pues en esta computadora el ventilador no produce un flujo orientado en la dirección que debería de ser, es decir directamente a las branquias del disipador, sino que avienta el aire para todos lados. Y curiosamente funcionó del todo, regula la velocidad y enfría más que el ventilador original con el procesador original, que era 25% más lento.

Así que supongo que puedo posponer la compra de una nueva máquina. Otra vez…

Cocinando con Kurazaybo: ¿Cómo preparar un postre?

Muy adecuado para este 14 de febrero…

Bueno este postre se conoce localmente como «carlota», me parece que en otros lugares se le llama diferente. Es en realidad muy sencillo de hacer ya que requiere pocos ingredientes y no necesita ningún tipo de cocción.

Lo que se necesita para prepararlo:

  • 1 lata de leche condensada (la lechera)
  • 1 lata de leche evaporada (carnation clavel)
  • De dos a tres tubos de galletas maría
  • Limones al gusto, de 7 a 12 según el sabor que se le quiera dar
  • 1 recipiente hondo para mezclar los ingredientes
  • 1 recipiente plano como un refractario para el postre terminado

Paso 1: Ingredientes

Primero se vacían las leches en un recipiente:
Paso 2: Mezclar leches

Se añade el jugo de los limones. Aquí es importante mencionar que no importa lo que diga la abuelita de la casa, la leche no se corta (créanme, ha habido oposición):

Paso 3: Jugo de limón

Se deben mezclar bien los ingredientes:

Paso 4: Mezclar

Este paso es opcional pero yo lo recomiendo para obtener mejores resultados, principalmente una consistencia más uniforme. Hay que remojar las galletas un poco en la mezcla, no lo suficiente como para que la absorban y se ablanden, únicamente para recubrirlas bien por ambos lados:

Paso 6: Remojar Galletas

Las galletas se van acomodando en capas en el refractario, procurando que queden perfectamente cubiertas con la mezcla. No como me quedó a mi, con un exceso de galleta:

Paso 7: Terminado

Una vez alcanzada esta etapa, se pone a refrigerar hasta que adquiera una consistencia como de nieve y queda listo:

Paso 8: Refrigerar

Lo normal es que se sirva así, pero puede decorarse con gomitas o lunetas por arriba. Hay quienes le ponen duraznos en almíbar por dentro para máxima azucaritis.

Bolitas 201

Productos para quitar bolitas de la ropa

Tengo la fortuna de hacerme cargo de mi ropa personalmente desde que estaba en la primaria, de hecho me parecería extrañísimo que alguien más lo hiciera y hasta me siento raro cuando tengo que llevar algo a la tintorería. En un principio no usaba lavadora, a pesar de que había dos en casa. Nunca he usado secadora y ahora que lo pienso la idea no me parece muy atractiva pero habrá que probarla algún día. Un problema que nunca he podido erradicar desde que uso lavadora son las bolitas de la ropa, no tengo idea de qué las causa y me desconcierta ver que afecta a algunas prendas y a otras no, aunque sean exactamente del mismo tipo. Es con los calcetines y las playeras que tengo más problemas. No entiendo porque el problema parece afectar más a la ropa de color oscuro y muy en particular a las playeras negras. En general las bolitas solo aparecen en las prendas de algodón y eliminarlas ha resultado imposible.

Normalmente nada de esto me importaría y lo aceptaría como otra de esas tantas cosas con las que hay que vivir y a las que no dedico más de dos segundos al día en mi pensamiento, como la política y el futbol. Pero hoy estuve revisando mi ropa y encontré algunas cosas viejas que había olvidado entre las que están una playera que había sido de mis favoritas y otra que fue un regalo y es de las más presentables. Inmediatamente me di cuenta de porque las había dejado caer en desuso: tienen un problema de bolitas, no demasiado grave pero si lo suficiente para no ser ya de buen vestir (aunque bueno, yo no me considero de muy buen vestir).

Ingenuamente empecé a probar distintas maneras de eliminar las bolitas. Lo primero que surgió fue una especie de rodillo cubierto de un adhesivo que se pasa por la tela esperando que las bolitas se queden pegadas. No sirve, si acaso para situaciones de bolitas incipientes. El segundo fue un accesorio con forma de rastrillo que tiene una especie de malla áspera y que al pasarlo por la tela quita las bolitas de manera muy eficaz pero que también toma mucho tiempo. Es de marca Betterware y mi mamá me dijo que se compran por catálogo con la vecina así que creo que le pediré unos cuantos porque se desgastan rápidamente. Luego recordé que cuando estaba en la primaria había unas maquinitas específicamente hechas para este propósito que eran muy similares a una rasuradora eléctrica así que intenté con una vieja máquina de afeitar. No funcionó en lo más mínimo, me refiero a la máquina (que por cierto no me había fijado pero en esta ocasión su diseño me pareció muy simplificado). No entiendo qué le pasa porque todo trabaja correctamente. Al principio pensé que nadamás no funcionaba con las bolitas de la ropa pero no funciona en general, no corta ni los vellitos del brazo. La limpié, verifiqué que todas las piezas estuvieran bien colocadas y que la parte mecánica funcionara bien y lo hace pero simplemente no corta nada.

Después del tiempo perdido y del enigma de la máquina de afeitar, cuyas nulas capacidades han pasado a formar uno de los más grandes enigmas mecánicos que he visto (sólo puedo pensar en ese dicho de que todo por servir se acaba y acaba por no servir), probé con el clásico rastrillo de rasurar. Resultó ser lo más efectivo y rápido pero también lo más peligroso. Puede eliminar completamente las bolitas en dos o tres pasadas pero requiere tener mucho cuidado para no perforar accidentalmente la tela, que fue lo que me sucedió. Por un momento fue muy frustrante pero me di cuenta de que el estampado de la playera ya estaba en malas condiciones. Tal vez use esa playera en el futuro para dormir o cuando haga labores de pintor de brocha gorda, que a mi casa ya le hace falta.

Volví a guardar la ropa vieja, en espera de que sea descubierta nuevamente en la futura excavación arqueológica de mi armario. Recordé porque las había puesto ahí, una vez que el frente de armado de las bolitas ha hecho una conquista es definitivo.

No pierdan su tiempo en esto.

Lo que no sabías

Pasada la media noche te pido que me ayudes a cargar el televisor, te convenzo con la promesa de repararlo. Con esfuerzo podría cargarlo yo solo pero jamás lograría pasarlo por la pequeña puerta sin tu ayuda.  Está lleno de polvo, apenas tocarlo me pone las manos negras. Es viejo, muy viejo, quizá lo único que todavía tenemos de la antigua casa y que se sigue sintiendo real. No lo sabes pero es una de las cosas que recuerdo con más cariño. Por lo que a mi respecta, siempre ha existido. Desde el principio de los tiempos estuvo ahí, en el nicho de ese enorme clóset en la sala del departamento verde, ese clóset hecho a medida, a todo lo largo de la habitación, donde no habría habido espacio para la videocasetera si mi papá no hubiera puesto una tabla sobre latas de pegamento de carpintería o alguna otra sustancia igualmente tóxica para un niño de mi edad. Colocó la video abajo y la tele arriba, estaba muy alto y me costaba trabajo cambiar de canal. Abría el cajón de hasta abajo y lo usaba como escalón. El control remoto me agradaba, con su cubierta metálica, sus botoncitos alargados y su pila cuadrada de nueve voltios, me gustaba desconectarla y ponerla en contacto con mi lengua para sentir la electricidad. Pero si la tele llegó a la casa en el génesis, el control dejó de existir en el éxodo.

Los domingos veíamos ese televisor en familia, sentados en los sillones verdes y amarillos que dices fueron los que compraron para su departamento de casados. Me acuerdo que les hiciste fundas de tela estampada para protegerlos, no te he dicho que se veían muy mal y nunca me gustaron. Tal vez jamás lo haga. Después llegaron los tiempos en que todos trabajábamos y lo hacíamos ahí, frente a la tele, en la mesa redonda rescatada de la cochera que él rompió cuando se le ocurrió subirse en ella a cambiar un foco. Te costaba trabajo distinguir los botones de encendido y de canal y les pusiste tiritas de cinta blanca para verlos mejor, de esa que se usa para poner las gasas. Nunca pudimos quitar los restos del pegamento, tomó años para que se desvanecieran.

Desde entonces me gustaba ver televisión, en especial las películas. Muchas veces no te gustaba lo que veía. Mi papá decía que eran los monstruos lo que me provocaba pesadillas, creo que de verdad nunca se dará cuenta del verdadero porqué. Los sábados en la mañana veíamos caricaturas a veces, antes de irnos con ustedes a trabajar. Además debo haber visto unos mil documentales sobre el espacio. A mi hermana y a mi nos gustaba una serie nocturna que también le gustó a él. La vimos juntos por años. Ya no me acuerdo qué lo hizo enojarse con nosotros, dijo que veíamos demasiada televisión y le cortó el cable para que no pudiéramos verla. Maldito, maldito, la arruinó para siempre y solo dejó claro lo poco que me conocía. A mi corta edad ya tenía amplia experiencia con lo eléctrico y no tardé en solucionar el problema. Lo increíble es que no lo hizo en broma. Mi hermana y yo le poníamos la clavija y se la quitábamos antes de que él llegara. Por un tiempo él no vio la tele. Un día olvidamos quitarla pero él ya no dijo nada. No olvido una vez que enfermé y encendí el televisor para distraerme del dolor. Eso fue hace quince años.

En algún momento el botón del volumen cedió, se rompió y se quedó atorado. No había mucho problema mientras no se subiera demasiado el volumen, la tele es vieja y cada que se desconectaba volvía a arrancar en el canal 2 y con el volumen hasta abajo. Usábamos un palito para empujar el botón, pero el pedazo seguía atorado. Si estaba muy alto había que desconectarla y volver a empezar. Nunca quise contarte que esa vez, hace doce años, mi hermana me ayudó a cargar la tele y desarmarla para intentar arreglar el botón. Pero no había solución y lo único que pude hacer fue retirar la pieza suelta. La tele quedó un poco más arruinada, de nuevo marcada para siempre.

Hace diez años nos mudamos y por un tiempo la tele se quedó allá. No recuerdo que haya visto televisión hasta que él la trajo en autobús así tal cual, sin envolver ni proteger de ninguna manera. Al menos llegó entera. La pusimos en el suelo en la recámara de arriba porque no teníamos muebles y era hasta donde llegaba el cable de la antena, que estaba muy mal puesta. Yo dormía en el suelo, frente a la tele. Algunas veces la vi sentado sobre mi cobija y recargado en la pared, una de esas veces fue un haloween en que él dijo que no tardaba y me quedé solo en casa. No volvió hasta en la noche por estar con sus familiares y me aburrí mucho, me sentí muy solo y me empezó a dar miedo. Pero vi una película que me hizo reír, eso tampoco lo olvido.

Luego llegó la videocasetera, en realidad no era nuestra pero nos la prestaban. Vi las películas que no me dejaron ir a ver al cine, vi otras más. No sé cómo teníamos tanto tiempo en nuestras manos. Y siempre me gustó, me gustó mucho. Me gustó esa tele desde el principio porque era enorme, en toda mi infancia nunca vi que nadie tuviera otra de ese tamaño. Creo que la compró para ver el futbol, para él. Por eso todavía nos peleamos por escoger qué canal ponemos. Me gusta porque es la única televisión que conozco que sube y baja de volumen sin poner ningún mensaje, nunguna barra verde chillante que arruine lo que estoy viendo o que tape los subtítulos cuando se trata de una de mis (tú dirías extrañas) películas extranjeras. Me acuerdo cuando su caja era nuestra caja de juguetes y las veces que me oculté en ella. La última vez que vino el papa a México mi tía no toleró que la antena estuviera mal y mandó instalar una nueva solo para ver la cobertura del evento. Conozco el único defecto que tiene la tele: en alguna parte en su interior algo está mal ajustado y la imagen siempre se ha visto aumentada de tamaño, algunos subtítulos que están muy a la orilla no se ven completos. Pero me gusta porque las cosas se ven un poquito más grandes y me acostumbré las orillas un poquito curveadas. No le perdí la fe en todos los años que la imagen parpadeaba una vez cada tres segundos, hasta que la llevaron a arreglar. Me gusta porque la vi de noche, a solas, mientras pensaba qué iba a ser de mi vida, porque en esos momentos me contó historias que no siento que nadie más en el mundo haya escuchado jamás. Es lo único que pensaría en llevarme de aquí y tal vez algún día, cuando todo haya terminado, lo haga. No lo sabes, pero me gusta mucho.

Ella quiso comprar una nueva, digan lo que digan no es más grande y su pantalla plana no es mejor. Tal vez sea más negra y los colores se vean más brillantes pero se siente fría. El control remoto es muy cómodo pero solo causa más problemas de los que soluciona porque nos peleamos por el cuando podemos dar dos pasos y cambiar el canal. A ti te gusta ver las películas mexicanas de antaño a todo volumen pero a mi siempre me dices que le baje. Mi tele vieja la volvieron a poner arriba, en el cuarto que ahora es el de ustedes, pero no hay donde sentarse, siempre me mandas allá pero así no me acomodo. Él la ve desde su cama, con la luz apagada. A mi no me gusta verla sin luz. Cuando se hace de noche y oye que ando cerca me manda a apagarla.

Casi solo la usa él, por eso cuando otro botón se rompió fue al que culpamos. Pero no tiene caso decirle nada, igual que las veces pasadas que la desfiguró. Por fin se le quitó el pegamento blanco pero él empezó a usar un palito de madera para ajustar el volumen y las astillas se fueron acumulando adentro de la tele. Yo quise acomodar el botón desde afuera pero no lo logré. No sabes que quise ver un DVD y así empezó todo ni entiendes por qué no me detendré aunque no tenga las herramientas necesarias. No sabes que estamos aquí a mitad de la noche porque no puedo permitir lo que le está pasando a la tele, que en mi cabeza empezó a dar vueltas la idea de arreglarla y no pude dejar de pensar en eso todo el día.

La colocamos sobre la cama y por fin te confieso que esta no es la primera vez que la desarmo. Me ayudas a sostener la circuitería que no se puede separar mucho sin desconectar cables, no quiero moverlos por respeto al objeto que tanto ha llenado mi imaginación. Lo que tú no sabías es que hace doce años, cuando no pude arreglarla, guardé el botón en una caja de cerillos y lo he tenido conmigo desde entonces, que hace un instante por fin encontré la solución mientras miraba un pedazo de corcho y que hoy, después de tanto tiempo, mi televisión vuelve a la gloria.

Y no sabes lo feliz que me hace.

Reparando mi vieja TV Reparando mi vieja TV Reparando mi vieja TV Reparando mi vieja TV Reparando mi vieja TV Reparando mi vieja TV Reparando mi vieja TV Reparando mi vieja TV Reparando mi vieja TV

Mi nueva patineta

De vez en cuando uno se encuentra cosas extrañas cuando va a tirar la basura. Mi familia ha desechado cosas bastante grandes como un monitor, una impresora y hasta una lavadora. Esta vez vi que había una tabla con forma redondeada, pensé inmediatamente que sería una patineta y me dio gusto ver que sí era y que además estaba en muy buenas condiciones, aunque no era muy bonita.

Clara señal de una tabla barata / Clear sign of a cheap board Horrible tono verde / Awful green

Estaba completamente limpia, seca y sin olores sospechosos, así que decidí llevármela. Es evidente que su antiguo dueño no la usó mucho, no está desgastada de ninguna parte pero se puede ver que estuvo un tiempo a la intemperie porque en las puntas las hojas de la tabla se han separado un poco y muestran signos de humedad. No dudo que pudiera cumplir las funciones tradicionales de una patineta sin problema pero desde hace tiempo yo tenía planes para un proyecto con una tabla, incluso iba a comprar una sin decorar. Esta patineta es barata y la madera de pino de la que está hecha es bastante fea a comparación de una buena tabla de maple, es más gruesa y rígida pero tiene la ventaja de ser más plana. Verán, las patinetas normalmente son curvas en la punta y la cola pero también tienen una curva que forma un ligero acanalamiento a lo largo, lo cual les da mayor resistencia y una forma bastante interesante que a mi gusto también te da buena información de donde tienes los pies, pero que resulta inadecuada para mis propósitos. Comencé asegurándome de que el aspecto de cosa vieja se le podía quitar. La estampa de Hot Wheels se desprendió muy fácil pero la tinta verde fue otra historia, se necesitó de un buen lijado y aún así no salió completamente. El resultado no me desagradó. Me gusta muhco trabajar con madera y, aunque mis conocimientos son escasos, me divertí. Muy buen aroma el de la madera de pino recién trabajada.

Después conseguí unos «soportes pelícano» en Wal-Mart. Son unas ménsulas que fijan la tabla a base de presión y palanca, sin perforarla, por lo que se pueden usar fácilmente con cristal. Están disponibles en color blanco y plateado, los colores metálicos me gustan mucho así que ese fue el que elegí. Me gustó que los soportes no tienen pintura, lucen así por el buen acabado que tienen.

Soportes pelicano / Pelican support

Los taquetes y tornillos que vienen incluídos son pequeños pero adecuados. Los soportes son bastante sólidos y se ajustan al ancho de la tabla con un tornillo largo que tienen por debajo, siendo este la única «imperfección» visible al tenerlos instalados. Pueden ejercer muy buena presión sobre la tabla y en mi opinión son tan capaces como cualquier ménsula, sin llegar a extremos. Mi mamá opina lo contrario y le dan miedo. Pueden ver cómo funcionan:

Soporte pelicano desde atrás / Pelican support from behind

Se fija a la pared la parte superior con dos tornillos que, como van muy cerca uno del otro, requieren de precisión a la hora de perforar el muro. Es muy fácil que queden chuecos, por poco me pasa. Una vez fijadas estas piezas se coloca la parte inferior, que da su nombre al soporte pelícano, y quedan listos para poner la tabla y ajustarse.

Parte del soporte que se fija a la pared / Part of the support which is fixed to the wall Soportes listos para colocar la tabla / Supports ready for the board

Se coloca la tabla, se aprietan los tornillos y listo. El resultado es bastante firme para la mayoría de los usos y muy agradable a la vista. Puse los soportes donde irían los ejes ¿dónde más? Ahora será más difícil que se catalogue a la patineta como «cosa fea«. También es un buen pretexto para alegar a lo reciclado. Aplicarle la lija en la parte superior es una opción interesante para completar la apariencia y darle una textura poco común, no creo que dañara nada salvo los objetos más delicados pero me gusta el tono claro de la madera y de momento no tengo más fondos para el proyecto. Voy a buscar la manera de darle mejor aspecto a la madera.

Me gusta esta repisa / I like this shelf

Tengo la costumbre de consumir rápidamente todas las superficies horizontales a mi disposición, tengo un montón de libros, CDs y DVDs y otras cosas que me gusta tener al alcance. Por el momento es un buen lugar para exhibir mi colección de linternas, al menos hasta que se me ocurra un mejor uso para mi nueva patineta.

There’s a treasure everywhere.

Terminada / Finished Los soportes son pequeños / Those supports are small

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La crisis de los compresores

Mi pecera tiene algo así como 10 años. Es un tanque de 100 litros que compré a $150, cuando esas cosas todavía eran baratas. Empecé con esto hace 11 años y algunos meses, en realidad desde antes pero hablo de tiempo ininterrumpido. Todo ese tiempo ha hecho que me acostumbre al sonido constante de los compresores. A mucha gente le molesta o, de menos, le resulta extraño.

Actualmente tengo 3 compresores en mi cuarto, trabajando desde que me levanto hasta poco antes de irme a dormir. Compré uno poderoso, un Azoo 5500 hace casi dos años en Fábricas de Francia, para sustituir al primero que compré en San Luis. Me mudé aquí hace 8 años, traía de México un Elite Maxima que me duró, según calculo, un mínimo de 5 años. Lo usé desde que compré mi tanque grande, cuando estaba saliendo de la primaria, y su vida terminó cuando estaba a mitad de la preparatoria. Normalmente lo que se descompone es el diafragma, una especie de copa de goma que se comprime 30 veces por segundo para bombear el aire; se reponen fácilmente y a bajo costo. Pero este ejemplar decidió que ese padecimiento era muy vulgar y prefirió no padecerlo. Una mañana optó por el síndrome de la bobina descompuesta, enfermedad que no tiene cura. Y a la basura.

Reparando un Azoo 5500

Me sorprendí al ver los precios, había pensado que la ocasión justificaba el salto a un Optima R, modelo que siempre había deseado porque tiene 60% más poder y cuenta con un regulador de potencia. Pero era inalcanzable. Lo que pude comprar fue una baratija marca Aquarama, que funcionó bien, debo admitirlo. La verdad no me acuerdo de que murió, pero no tuvo arreglo. Lo sustituí con un Renaissance 600, modelo bastante obscuro que compré en Carrefour porque tenía cuatro salidas de aire. No es muy poderoso, pero en este tipo de aparatos es posible conectar la manguera de una salida con la de otra, por medio de una «T», para aumentar la presión. Trabajó bastante bien y de hecho aún funciona, pero requiero más potencia. Fue cuando compré el Azoo 5500 en Fábricas de Francia.

La semana pasada noté que tenía muy poca potencia, lo cual significa una fea crisis. Hay que mover los muebles de mi cuarto para acceder a los compresores, pues los tengo debajo de una cómoda para amortiguar el sonido y evitarme problemas. También hay que buscar refacciones o un compresor sustituto. Fácilmente encontré en el tianguis de las vías un Elite 802 de segunda mano a $25. Las refacciones costaron $27 y tiene la misma capacidad que uno nuevo, que cuesta 5 veces más. Qué bonita es la chatarra.

Mi Azoo 5500 sólo padecía de los diafragmas y es casi totalmente compatible con las refacciones marca Elite, que esta vez conseguí a $20. Si acaso se reduce un poco su capacidad al usar estas piezas. Creo que debió haber durado más, como mi viejo Maxima. Así que ahora tengo un compresor bastante capaz de sobra, el que compré de segunda mano. Ahora que saqué de la caja el viejo Renaissance, me dan ganas de darle uso, pero francamente no tengo en qué. Podría sustituir los dos compresores pequeños que tengo por uno solo de más poder, pero eso sólo me dejaría con otro compresor inutilizado.

Bonitas herramientas

¿Y a qué viene todo este recuento? Pues a nada, solamente que siempre que un compresor muere me toma desprevenido y sin fondos para repararlo/sustituirlo. Pero a la hora de ir a buscar refacciones y sustitutos, pero sobre todo, al tomar las herramientas y destapar los compresores, me doy cuenta de que no sólo no me pesa, al contrario, me gusta hacerlo. Recuerdo los viejos tiempos en que empezaba a conocer de todo esto, los errores cometidos y las satisfacciones que me ha dejado. En retrospectiva es triste ver el poco tiempo que le invierto ahora, cuando he adquirido suficientes habilidades para hacer lo que quería desde un principio. Siempre pienso en hacerlo más adelante y luego lo vuelvo a posponer. Así pasa con los pasatiempos cuando se va perdiendo el interés, pero yo no creo haberlo perdido todavía. Habría ponderado seriamente la posibilidad de no gastar, quitarme de las molestias del tanque grande y usar únicamente los más pequeños. Pero no lo hice. Hasta ahora me tomo el tiempo de pensarlo. Ahora que puedo tal vez me de el gusto y compre un compresor de los caros, como el que siempre quise al principio. Creo que un pasatiempo así llena algo, es parte de mi personalidad y es para toda la vida.